A partir de la invitación para ser parte de esta edición del festival al zur-ich pensamos y planificamos conjuntamente con los miembros del Colectivo Central Dogma, los representantes del festival al zur-ich y el personal de la residencia artística Pujinostro diferentes formas de activar a la comunidad del barrio Patoa de Vacas y el cantón Pujií en la provincia de Cotopaxi.
En el estado original se habló de hacer una pequeña edición del festival de arte público Grafff que tiene 10 ediciones consecutivas, activando murales en la zona rural, más acciones performáticas, Así decidimos trabajar el proyecto en formato de residencia con artistas invitados enfocados en realizar acciones poéticas, de memoria, registro y gastronomía con artistas locales y la comunidad cercana a la residencia.
Con el objetivo de construir espacios de encuentro común y fortalecer la identidad local y fortalecer la interculturalidad en la provincia de Cotopaxi, cantón de Pujilí. Activando las redes generadas por la residencia de Artistas Pujinostro, desde donde las artistas seleccionadas se vincularon con la tierra y la comunidad de artesanos de Pujilí, para crear nuevos espacios de felicidad y realizar arte acciones con un mensaje de esperanza, feminidad, solidaridad y apoyo mutuo, mediante un proceso de activación y diálogo entre las artistas y los agentes comunales y la gente.
Gracias a los acercamientos previos y una amistad sincera de Kike Jácome con el Taita Julián Tucumbi, maestro músico figura trascendental para la cultura local y del país, se logró agendar una serie de encuentros, entrevistas y registros por parte de los artistas, Raúl Ayala y Fernanda Espinosa de la Cooperativa Cultural 29 de enero, que concluyó con una presentación del maestro Tucumbí en la residencia Pujinostro. Junto a otro maestro de amplia trayectoria en las artes musicales locales, y con la experticia de las manos sobre al barro que solo los años pueden brindar el maestro Edmundo Olmos y su hijo fueron también parte de estas actividades y registros, siendo para ellos una experiencia de puesta en valor de sus oficios. Se creó entonces una línea de archivo audiovisual, que será fundamental para entender su papel dentro de la cultura Pujilisence en el presente y futuro.
Martina Miño artista multidisciplinaria, que vive y trabaja en Helsinki. Su trabajo explora territorios compartidos entre la realidad y la ficción a través del collage, la escritura experimental, la poesía, el video, la filosofía y la gastronomía. Ella junto. Tarcila Guerrero activo un espacio de memoria, que combinaba, saberes, sabores, tradiciones, y conocimientos ancestrales alrededor de las plantas que se cultivan en la residencia Pujinostro, compartiendo esta activación con los vecinos y vecinas del barrio
Finalmente, los equipos de trabajo del festival al zur-ich el Colectivo Dogma, la residencia Punjinostro. Los artistas participantes y más invitados, comulgaron alrededor de la mesa. Viviendo la experiencia de la ruralidad en dialogo con las artes contemporáneas en una exposición donde se visualizaron los procesos puestos en marcha, activando los espacios dispensadores de felicidad, como diría André Mairaux “Estamos aquí para enseñar Amar”.